Según las Naciones Unidas, la igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de los hombres y mujeres, y las niñas y niños. Por tanto, la igualdad de género es un principio jurídico universal que dicta que el sexo con el que hayamos nacido nunca va a determinar los derechos, oportunidades y responsabilidades que podamos tener a lo largo de nuestra vida. La igualdad de género supone que se tenga en cuenta la aplicación de los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de los hombres en todos los ámbitos, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de ambos sexos.
Pero, aunque las cuestiones de género llevan años en la agenda internacional, es un hecho que las mujeres y niñas sufren discriminación y violencia de género por el simple hecho de haber nacido mujer. “Una pandemia”, así denomina la ONU la violencia contra la mujer en el mundo, una asignatura pendiente marcada por la discriminación de género que impera en todos los países del mundo.
Tanto las regiones ricas como las pobres, comparten su maltrato a la mujer por el hecho de serlo. Y es que se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual, el 43% de las mujeres de los 28 países de la Unión Europea han sufrido algún tipo de violencia psicológica por parte de un compañero sentimental a lo largo de su vida, más de 750 millones de mujeres que viven actualmente en todo el mundo se casaron siendo niñas, más de 1 de cada 4 mujeres en Washington D.C. han experimentado algún tipo de acoso sexual en el transporte público, y un largo etcétera. Estos son algunos de los infinitos datos de violencia y discriminación que podemos encontrar desde la perspectiva de género.
La educación es una de las principales medidas que hay que tomar para poder acabar con la desigualdad de género. En la intervención como padres y madres, compartiendo las responsabilidades de cuidado y las tareas domésticas, tratándose con respeto. Hay que asegurarse de que tanto niñas como niños aprendan y, gradualmente, tomen responsabilidades relacionadas con el cuidado, el orden y la limpieza, así como tomar decisiones, liderar iniciativas, expresar opiniones y resolver problemas apropiados para su edad.
Comenzar desde cero la aplicación de enseñanzas que creen sociedades igualitarias donde las niñas no crezcan en desventaja y tengan las mismas oportunidades que los niños, empieza por la educación en casa y en el colegio.
En el ámbito laboral, se podrían tomar medidas como incorporar dentro de los principios y valores corporativos la igualdad de género, dar formación en igualdad de oportunidades y de género a toda la plantilla o, en el ámbito del reclutamiento laboral, contratar a mujeres en puestos donde la presencia femenina sea poco común.
Otras de las medidas necesarias para acabar con la desigualdad de género es otorgar recursos públicos adecuados para ejecutar las leyes y políticas existentes, reconociendo el costo y las consecuencias devastadores de la violencia contra las mujeres.
Otra considerable clave para llevar a cabo los principios de la igualdad de género consiste en aumentar y enriquecer la formación para todos los profesionales que intervienen en todos los servicios en relación de ayuda a las víctimas de desigualdad de género. Gracias a la formación especializada que ofrece Euroinnova Formación a través de sus cursos homologados, podrás adquirir todos los conocimientos sobre la igualdad de género. Con los profesionales de la educación que disponemos no te resultará difícil realizar este fantástico curso de formación y convertirte en un técnico de formación de alto nivel. Encuentra más información en nuestra página web.
Estas son algunas de las muchas mujeres que, gracias a su intervención, se han convertido en pioneras e infinitamente inspiradores que han causado sensación, rebasado los límites y que han cambiado, de manera radical, el mundo en el que vivimos.
- Ida B. Wells: nacida como esclava en 1862, dedicó su vida a educar a la gente acerca de los horrores de la discriminación y el linchamiento. Como editora y copropietaria del periódico The Memphis Free Speech, utilizó el poder de la palabra escrita para despertar la conciencia de la nación sobre el trato hacia los afroamericanos.
- Cecilia Grierson: fue una médico, activista, autora, inventora y reformista y, sobre todo, la primera mujer en recibir un título de médico en Argentina. En la Argentina del siglo XIX, la escuela estaba fuera del alcance de las mujeres. La perseverancia de Grierson le valió un título, y las luchas que enfrentó impulsaron su trabajo como activista de derechos humanos. Como vicepresidenta del Consejo Internacional de la Mujer luchó sin descanso por causas de índole social como la baja por maternidad, la prestación social de la mujer, etc. Además, fundó la primera escuela de enfermería en Argentina.
- Suzanne Lenglen: cogió su primera raqueta de tenis en 1910 y, en menos de cinco años, se convirtió en la campeona deportiva más joven y en la primera estrella mundial del tenis femenino. Además, rompió las barreras del tenis con su juego, su vestuario poco tradicional, y su postura abiertamente en contra de los trámites de este deporte. Con la influencia de Lenglen, el tenis se convirtió en un deporte para todos. En 1997 la segunda pista del estadio Roland Garros (París, Francia) pasó a denominarse “Pista Suzzane Lenglen” en su honor.
- Ada Lovelace: es reconocida, de forma general, como la primera programadora informática del mundo. Era una matemática inglesa y escritora que trabajó en el primer ordenador moderno de uso general, la máquina analítica. Ya en 1843 imaginaba una máquina capaz de hacer cosas extraordinarias, limitada tan solo por la creatividad de su programador, casi un siglo antes de que se construyeran los primeros ordenadores modernos.
- Sally Ride: fue la primera mujer estadounidense en viajar al espacio. El vuelo histórico de Ride la convirtió en un símbolo de la capacidad de las mujeres para romper barreras y una heroína para generaciones de chicas jóvenes.
- Frida Kahlo: los primeros años de vida de Kahlo quedaron marcados por el dolor y la tragedia causados por un accidente de autobús que sufrió a los 18 años y que le imposibilitó moverse durante toda su vida. Pasaba su tiempo en la cama hasta que su madre le trajo un caballete portátil y una caja de pinturas, nació una artista.
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