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El creciente protagonismo de la mediación familiar está en auge dado los graves problemas existentes de comunicación, diálogo y violencia que existen en la actualidad. Esta pérdida de valores morales, han provocado una pérdida de solidaridad, comprensión y entendimiento por parte de familias, que han provocado un número incesante de separaciones y divorcios. Vemos normal el creciente protagonismo de la mediación familiar.
El creciente protagonismo de la mediación familiar surge para dar respuesta a ese grupo de separaciones y divorcios, con o sin hijos, que judicialmente no encuentran respuesta. Pero no nos equivoquemos, en la mediación familiar los protagonistas son las partes integrantes de la pareja, no el mediador. Aquí el mediador dispone de un papel imparcial, no interviene, no tiene capacidad para tomar decisiones por las partes. Su objetivo es posibilitar vías de diálogo y la búsqueda en común del acuerdo en la mediación familiar.
Las familias tienen sus propios recursos para tomar sus propias decisiones, salvo que haya menores de por medio, que entonces, primará la voluntad del menor sobre el interés general de los progenitores. La pareja tiene en sus manos el poder de hallar la solución a sus problemas en la mediación familiar. No es de extrañar, el creciente protagonismo de la mediación familiar.
Uno de los problemas recurrentes en la mediación familiar es que la pareja no debe saber que los mediadores son psicólogos (profesionales), ya que la solución parte del consenso de ambos y siempre cuando, saben que dicha persona es psicóloga, la pareja pide ayuda, y la decisión tomada por el especialista, puede distorsionar la decisión adoptada por ellos . En la mediación familiar los protagonistas son la pareja.
También hay mucho intrusismo en cuanto a la mediación familiar. Los profesionales de la mediación familiar deben de tener formación especializada en mediación familiar, tanto en terapia de pareja u orientación familiar, aún siendo psicólogos o sexólogos, para poder atender mejor las necesidades referentes a la mujer.
El origen de la mediación familiar surge cuando existe necesidad en ambas partes de solucionar una disputa, que judicialmente no se puede realizar y comprometerse a realizarlo. El curso de mediación familiar le dará las herramientas necesarias, para poder realizar las funciones de mediador y poder posibilitar vías de diálogo.
Jose Antonio Antequera Romera
Licenciado en Economía
Máster Dirección de Marketing y Gestión Comercial
Área de Marketing y Publicidad Euroinnova Formación
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